El Ozono, ¿Es bueno o malo?

Últimamente nuestra situación ambiental nos ha hecho fijarnos en el ozono, ¿es bueno o malo? A continuación aclararemos algunos aspectos de este gas y cómo puede perjudicar o beneficiar nuestra salud.

El ozono es un gas compuesto por 3 moléculas de oxígeno, lo que provoca que sea más reactivo y oxidante que el oxígeno diatómico y por ende, va a reaccionar más rápido con otros compuestos químicos ya que en concentraciones altas puede ser inestable. En 1840, el químico alemán Christian Friedrich Schönbein le dio el nombre de ozono, de la raíz griega ozein (olor), debido a su olor característico.

Naturalmente el ozono que se encuentra en nuestra atmósfera es de baja concentración y forma parte importante en nuestra vida aunque no lo notamos. A. más de 20 km de la superficie de la tierra se encuentra la ozonósfera en donde se concentra más del 90% del ozono atmosférico (capa de ozono), su función es limitar el paso de la radiación ultravioleta proveniente del Sol a la Tierra en cambio, a nivel del suelo en altas concentraciones puede provocar efectos nocivos a la salud de los seres humanos, plantas, animales y contribuye al calentamiento global.

Desde finales de los 70 la reducción de la capa de ozono se relaciona directamente con el incremento en la concentración de cloro y bromo en la atmósfera.

La mayor parte del ozono en la tropósfera (capa inferior de la atmósfera, 10-15 km) se produce cuando los óxidos de nitrógeno (NOX), el monóxido de carbono (CO) y los compuestos orgánicos volátiles (COV) reaccionan en la atmósfera, en presencia de luz solar. Las fuentes antropogénicas (producidas por el hombre) más importantes de precursores de ozono son:

• Las emisiones vehiculares.

• Las emisiones industriales.

• Los solventes químicos.

Aunque estos generadores de ozono se producen en zonas urbanas, los vientos pueden arrastrar estos gases por varios kilómetros, contaminando también las regiones rurales con menor población y menos precursores de ozono. Las altas concentraciones de este gas y la forma en que se comporta en contacto con otras sustancias químicas produce efectos nocivos a la salud como:

• Irrita las vías respiratorias.

• Reduce la función pulmonar (en altas concentraciones).

• Agrava el asma.

• Inflama las células que recubren los pulmones.

• Agrava las enfermedades pulmonares crónicas.

Desafortunadamente los gases producidos en las zonas urbanas no solo van a afectar a las personas que vivimos donde se producen, estamos afectando a otras comunidades que mantienen niveles de ozono mucho más bajos, por lo que esto es un compromiso para todos y quizá no vamos a hacer un gran cambio de la noche a la mañana, pero podemos hacer pequeñas acciones para evitar el exceso de ozono en el espacio atmosférico que vivimos, protegiendo así a las personas vulnerables como aquellas con asma, enfermedades pulmonares crónicas, adultos mayores y niños.

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Fuente: Dirección de monitoreo atmosférico.